miércoles, 16 de enero de 2019

Línea a línea

Después de varios años en silencio, he decidido regresar. No resulta fácil. Encuentro que mis dedos estan entumecidos y mi mente anclada en la rutina... De mi corazón, prefiero no mencionar nada, al menos por el momento.

Muchos sucesos han tenido lugar en este tiempo. Aún no he decidido si relataré algunos o dejaré fantasmas y estrellas en sus respectivos contenedores, allí en el pasado mas cercano o mas lejano.

En conclusión, a 15 días de mi 45.7 efeméride, línea a línea, sin un plan establecido ni ninguna expectativa, quizas con necesidad de vaciar mi mente de pensamientos y sensaciones para dejar  mas espacio no se muy bien a qué, retomo este registro de alegrías y miedos. Esta bitácora emocional. Este reflejo subjetivo del lado iluminado de mi corazón. El lado oscuro, como lo ha estado hasta ahora, seguirá en un blog aparte.

jueves, 25 de febrero de 2016

Hoy tus sueños no se hacen realidad







Hoy Arturo no se despertó, y con ello hoy sus sueños no han podido hacerse realidad. Y todo su universo terrenal se agitó explosivamente desgarrando corazones, arrancando lágrimas y sumiéndonos a todos en una profunda tristeza.

De un modo similar al que ya nos resulta familiar, como resulta de la sociedad tecnificada en la que vivimos inmersos, una miríada de mundos interconectados por diversos grados de afinidad, se sumieron repentinamente en una triste oscuridad. En un instante, este universo de interconexiones que rodeaban la vida de Arturo, algunas cortas, otras más holgadas, se estrecharon bruscamente para abrazarle, en un intento desesperado de poder revertir lo acontecido.

Y como ya todos sabemos, porque la vida en su cruda enseñanza nos hace ver según pasan los años, en un instante todas nuestras prioridades cambian y todas nuestros sentidos se disparan desaforadamente, para sumirnos en una dolorosa e intensa emoción. Y un sentimiento de proximidad de aquellos a quién queremos y cuyo dolor, cuando es tan fuerte e intenso, nos envuelve como si de un gas tóxico se tratara, para impregnarnos de tristeza hasta el más recóndito rincón de nuestro ser.

Yo no conocía bien a Arturo, pero si conozco bien a Gema y a su marido, que es uno de mis mejores amigos. Y no puedo, ni quiero, evitar sentirme profundamente triste. Y en estos momentos siento que su familia se convierte en la mía. Y el dolor de Gema, Blas, y toda su familia más próxima, se convierte en mi desesperación por no tener la llave que pudiera abrir la exclusa de sus corazones ahora henchidos de tanto sufrimiento.

No es nada nuevo. No es nada que no conozcamos y sin embargo, voluntariamente, lo apartamos de nuestra consciencia. Porque tampoco puede ser de otro modo. Porque no podemos vivir teniendo presente permanentemente que nada, absolutamente nada, puede evitar que esta hermosa pero efímera vida, llegue, cuando ella decida, a su (por desgracia para los que nos rodean), doloroso fin. Pero esta voluntaria ceguera no impide que estos momentos desgarren nuestras entrañas, cuando no tenemos otra opción más que encararlos, con no más defensa que la que nuestro esqueleto emocional pueda proveer.

Y en estos momentos me siento impotente. Incapaz de aliviar ese inevitable dolor. Y sin pretender pecar de vanidad, me alzo humildemente en representación de toda esa multitud de amigos, para ofrecer a Gema y a su familia, nuestro más sentido pésame.

Estamos aquí. Muy cerca de vosotros. Vuestro dolor nos llega y nos conmueve. Todo nuestro pensamiento y todo nuestro corazón tiene, en estos momentos, el sólo propósito de poder aliviaros en la medida que sea. Nuestros brazos están en tensión listos para ayudaros a salvar ese accidentado sendero que no queda mas remedio que cruzar. No hay atajos, pero si nos dejais viajar en silencio a vuestro lado, quizás los primeros repechos castiguen menos vuestras, ahora doloridas, piernas.

Nada más que decir. Ahora me quedo en silencio. Un silencio respetuoso y amable con la única misión de poder haceros sentir que, como muchos otros, aquí estoy a vuestro lado.

Un fortisimo abrazo.


viernes, 30 de octubre de 2015

Mi yo sin ti

No quiero perturbar tu silencio pero no puedo conciliar el sueño, así que no tengo otra opción que descargar parte de esa emoción que me embarga sobre este lienzo en blanco. Estas tan presente en mi que casi te siento rebosando por cada poro de mi piel, al tiempo que el eco de tu voz sigue resonando dulcemente en mis oídos. No es licencia poética sino un hecho irrefutable que el sonido de tu voz, y tu dulce y musical risa, se repiten en mi mente como una adorable melodía. 

Es maravilloso asistir en primera persona, como quien recibe un afamado premio, a ese espectáculo de fuegos de artificio que restallan en todo mi interior y me hacen sentir vivo, sentir pleno.

No hay palabras que puedan narrar este preciso y precioso momento. Me afano en conducirlo hasta mi pluma, pero es inútil poder captar su sutileza. Como un paño de la mas delicada seda acariciandote por dentro. Como la brisa de olor puro y fresco que colma tus pulmones en una inspiración que quieres que no tenga fin. Como la templanza y la magia que transmite la calidez de la chimenea en una fría noche de invierno, mientras te hipnotiza la irregular y brillante danza de las llamas. Como un ying que acaba de encontrar su yang. Como amor y odio reconciliados. Así me colmo yo de ti. 

En ese preciso instante alcanzo a comprender, y sin ningún tipo de duda, que cada minuto vivido, cada lagrima derramada, cada temor temblado, cada grito ahogado, cada cicatriz cerrada o herida abierta... ha valido la pena solo por el hecho de haberme traído aquí. Ha merecido la pena por haberte traído a mi. 

Lentamente pero inexorablemente! va cobrando fuerza la llamada de Morfeo, mientras tu abandonas mi consciente para acomodarte en el acogedor refugio que cariñosamente te he improvisado en mi inconsciente. Y es que si de algo estoy seguro es de que bajo ningún concepto, y en eso soy inamovible, acepto ni siquiera la idea  de dejarte ir de mi lado, porque aunque apareciste súbitamente cuando ni siquiera te esperaba, ya no puedo entender mi yo sin ti.